Los trabajadores de hostelería son considerados como los manipuladores de alimentos de mayor riesgo ya que su actividad implica la manipulación directa de alimentos en platos que llegan directamente al consumidor final.

Desde el punto de vista sanitario, la legislación vigente exige que la formación de estos trabajadores sea continua de acuerdo con la actividad laboral y el puesto de cada persona (camarero, jefe de cocina, jefe de sala, gerente, etc).

Esta formación continua implica la actualización constante del conocimiento de los trabajadores sobre nuevas técnicas de trabajo (envasado al vacío, utilización de productos de cuarta y quinta gama, etc), ampliando su formación básica en manipulación de alimentos y reforzando su formación continua sobre los sistemas de autocontrol como el APPCC.

Redacción: Patricia Mota / @MargaMCasal